viernes, 15 de abril de 2011

Matanza en Gorkha

Estaba tan a gusto con los espanioles que ya empezaba a hablar como ellos.

El supuesto corto viaje se estiro a un par de horas. El bondi que nos llevo estaba repleto, como siempre. Nos toco viajar parados. El techo deberia tener 1,60. Sisi, en nepal soy alto ja. Cuando logre sentarme me encajaron un ninio de unos 2 anios a upa. Algo usual. Era un nepalito con aro, pulsera y tenia los ojos pintados. Se me durmio placidamente. No pude dejar de recordar a mis ninios, tan solo unos anios atras. Momentaneamente me dieron ganas de tener otro, del mismo tamanio.

La llegada a la ciudad fue desalentadora. Una calle principal bastante cutre. Todos pensamos que no habia sido una buena movida, pero Gorkha nos tenia preparadas algunas sorpresas.

La atraccion de la ciudad es Gorkha Durbar. Un templo, fuerte y palacio muy antiguo todo en uno. Queda en la parte alta de la ciudad. Es un lugar de peregrinaje importante del pais.

Cuando comenzamos a subir los interminables escalones hacia el templo, veiamos mucha gente bajar. Cargaban bolsas pesadas. Saliendo de una de ellas vimos unas patitas de cabra. Alguien recordo que en el hinduismo se hacian sacrificios.

A medida que seguiamos ascendiendo, seguian desfilando cabras muertas en manos de los creyentes. Ya muchas sin bolsa y sin cabeza. Ya estaba el panorama clarisimo.

Varias personas bajaban ensangrentadas. Pies, manos y ropa manchadas. Como no habia turistas, la gente se sorprendia gratamente al vernos. Nos saludaban al pasar. Incluso uno me dio la mano. El hombre estaba lleno de sangre. Hermoso.

Mas cerca de la cima se empezo a oir musica. Tambores, flautas y cantos.

Al pie del fuerte escuchamos un estruendo, como un petardo. Entrando al templo bajaba quien acababa de ser ejecutado. Tirado por 4 hombres, venia rebotando en los escalones un bufalo sin cabeza. De su cuello salia sangre e iba chorreando todo en su camino. Lo dejamos pasar e ingresamos al sagrado lugar.

El ritual estaba terminando. Habia unas 50 personas bailando y cantando. Muchos descalzos. El piso lleno de sangre. Agarrado de un palenque, un pequenio bufalito, vivo. Suponiamos que estaba esperando su turno. En otro rincon, habia otro animal decapitado. Seguramente el duenio estaria por ahi bailando.

Tardamos un rato en reponernos de la chocante situacion. Afortunadamente un local ingles parlante nos conto de que se trataba todo.

Era un festival que se realiza 2 veces al anio. Se matan alrededor de 500 animales durante toda la jornada. Bufalos, cabras y gallos. Es una ofrenda que se le hace al dios (la matanza, porque a los animales se los llevan trozados para el asado). Se acerca gente de varios lugares de nepal.

Nos preguntaron si queriamos ponernos arroz con una pasta roja en la frente. Es algo que se ve por todos lados a toda hora. Es simbolo de buena fortuna. Como la proteccion del dios. Por supuesto, aceptamos. La gente estaba curiosa y encantada con los forasteros.

Nos movimos con los musicos y nos invitaron a bailar. Y bailamos. Le pedi a un senior entrado en anios si me dejaba tocar el tambor. Me saco cagando. Afortunadamente, un adolescente me cedio un tamborcito con palitos. Fui un feliz integrante de la banda. Mientras, los espanioles seguian bailando. Fantastico momento.

A comer al hotel y a dormir. Al otro dia me despedia de mis nuevos amigos con un suculento desayuno. Me esperaba un larguisimo y duro viaje a Varanasi.

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